El Comienzo

En 1986, en una pequeña ciudad llamada Juticalpa, la cabecera departamental de Olancho, donde los pasteles solo se reservaban para ocasiones especiales, nació un sueño.

Sandra Isabel Cálix Álvarez, junto a su esposo Luis Alberto Torres Rodríguez, quien regresaba de Vermont, Estados Unidos, con un corazón lleno de ilusión y un nuevo conocimiento en repostería fina gracias al programa “Amigos de las Américas” y también con esa chispa de innovación, abrieron una pequeña pastelería llamada “Riquitos”, y revolucionaron la tradición: por primera vez los olanchanos podían disfrutar de un pedazo de pastel de vainilla o de chocolate cualquier día de la semana. ¡Ya no había que esperar un cumpleaños para saborear un “riquito” pedazo de pastel!

El viaje a Estados Unidos

La aceptación fue inmediata: los sabores conquistaron corazones y la clientela comenzó a crecer y el pequeño emprendimiento necesitaba más equipo y nuevas ideas. Como todo emprendedor, enfrentaron dificultades, pero Sandra Isabel Cálix Álvarez nunca perdió la fe. Confiada siempre en Dios y con la esperanza puesta en el futuro, en 1990 emprendió de nuevo el viaje hacia Estados Unidos, con un objetivo claro: adquirir un horno y una batidora industrial. Fue allí, en tierras extranjeras, donde perfeccionó su arte, aprendió nuevas técnicas y regresó cargada de sueños, con una visión mucho más grande para lo que estaba por venir.

La preparación y aprendizaje

Durante el tiempo que vivió en Estados Unidos, Sandra Isabel Cálix Álvarez aprendió inglés y recibió cursos especializados en decoración de pasteles personalizados, donde aprendió técnicas de dibujo sobre los pasteles y decoración, que luego se conocerían como “pasteles especiales”. También perfeccionó recetas emblemáticas como el pastel de tres leches, el helado a la suiza, y el pastel tradicional con relleno de caramelo, que fue la primera vez que los olanchanos disfrutaron de un sabor distinto al clásico relleno de piña.

La fundación de Repostería Fresa y Chocolate en el año 1999

En mayo de 1999, Sandra Isabel Cálix Álvarez realizó un mercadeo muy especial con los olanchanos y amistades que residían en Florida, Estados Unidos, compartiéndoles la idea de que ella regresaría a Honduras. Les propuso la posibilidad de sorprender a sus madres en el Día de la Madre con un obsequio distinto y novedoso: un pastel elaborado con amor y dedicación, que llevaría hasta sus hogares en Juticalpa. Esta iniciativa marcó el inicio de una historia de innovación y tradición que muy pronto se consolidaría.

Y así con esta visión renovada, el 8 de mayo de 1999 abrió sus puertas al público Repostería Fresa y Chocolate, fundada por el sueño y visión de Sandra Isabel Cálix Álvarez, ofreciendo no solo pasteles para bodas, cumpleaños y quinceaños, sino también los postres helados más innovadores y deliciosos del departamento de Olancho. Su lema quedó claro desde el inicio: “Siempre Innovando”.

Crecimiento

La confianza que le dió el pueblo olanchano a Reposteria Fresa y Chocolate en Juticalpa permitió que contara con una cartera de 30 a 40 clientes permanentes de Catacamas quienes preferían viajar hasta Juticalpa para adquirir sus deliciosos productos, lo que hizo naciera la propuesta de abrir una sucursal con su propio taller de producción, por lo que decidió asociarse con la señora Mery Zelaya en el año 2008 para fundar en la segunda ciudad de importancia de Olancho “Repostería Fresa y Chocolate Catacamas S. de R. L.” y se crea el segundo taller de producción destinado para la población en la zona oriental del departamento, donde años más tarde también se abriría la sucursal en el municipio de Dulce Nombre de Culmí.

Como parte de este proceso de innovación constante, la fundadora ha invertido en capacitaciones y cursos de repostería fina y especializada no solo en Honduras —en ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula— sino también en el extranjero: Miami, Nueva York, Las Vegas, México, Costa Rica, El Salvador y Guatemala. Cada experiencia, cada aprendizaje, ha enriquecido su visión y le ha permitido traer a Olancho las últimas tendencias de la repostería mundial.

Hoy, con más de dos décadas de historia y siete puntos de venta en Juticalpa, también en los municipios de San Francisco de La Paz y San Esteban, Catacamas y Dulce Nombre de Culmí, Repostería Fresa y Chocolate sigue siendo pionera en Olancho, ofreciendo momentos dulces que acompañan las celebraciones más importantes de las familias hondureñas.

Entre la casas matrices en Juticalpa y Catacamas, Repostería Fresa y Chocolate brinda empleo directo a unas 100 personas, quienes día a día llevan el sustento a sus hogares gracias a esta noble labor. Además, en temporadas de alta demanda, la empresa abre sus puertas a decenas de colaboradores temporales, convirtiéndose en un verdadero motor de apoyo para la economía local.

Una empresa 100% olanchana

Ser una empresa 100% olanchana que ha crecido con esfuerzo, innovación y amor por la repostería, no solo la ha consolidado como referente en Honduras, sino que también la ha convertido en orgullo nacional, demostrando que desde Olancho se pueden construir sueños que endulzan la vida de todo un país.

La historia de Repostería Fresa y Chocolate es la historia de un sueño que nació en el corazón de Sandra Isabel Cálix Álvarez, una mujer que siempre confió en Dios y en la fuerza del trabajo honesto. Lo que comenzó como un pequeño emprendimiento en Juticalpa, pronto se transformó en una tradición que conquistó paladares y corazones, llevando alegría a las familias olanchanas y hondureñas.

Con esfuerzo, innovación y una visión clara, Repostería Fresa y Chocolate rompió moldes, introdujo nuevos sabores y se convirtió en sinónimo de calidad y confianza. Hoy, más de dos décadas después, no solo endulza celebraciones, sino que también es fuente de empleo y orgullo para todo un pueblo.

Porque más que una repostería, Repostería Fresa y Chocolate es un legado de fe, pasión y amor que sigue creciendo día a día, fiel a su esencia y a su lema: “Siempre innovando”.

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